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17 jul 2014

Bendecida por José Gregorio

***María Sánchez, campesina trujillana, se curó de cáncer de mama sin ayuda de la ciencia médica

Así como esta pequeña zona agrícola (ubicada en las montañas andinas del estado Trujillo) acobija la magia de los duendes que cuidan la naturaleza; así mismo, posa en su suelo fértil el hogar de la dama bendecida, según el informe develado por el doctor Raúl Díaz Castañeda, quien no deja dudas al afirmar que la historia clínica de la paciente es la prueba física de que la fe traspasa montañas, creencias y últimas tecnologías

Sánchez: ''Después de la operación que me hizo José Gregorio, tengo que ir a consulta médica cada 6 meses por 2 años, y después cada año. Mis hijos llaman y me dicen: -Mamá, viaje a Valera a la consulta con el médico, que no se le vaya a pasar el día-. Y desde entonces, todo el tiempo, salgo sanita en los exámenes: ecos, mamografías, citologìa...

Mi mamá, Esther, es devota de JGH. Siempre he sido católica, cursillista y de los socios auxiliares de la legión de María. Todo el tiempo voy a la iglesia. Gráficas: Edgar Alviso
Ailyn Hidalgo Araujo.-CNP. 21.691
@PolyHidalgo

“Con Dios me acuesto, con Dios me levanto, con la Virgen, el doctor José Gregorio Hernández y el Espíritu Santo”, es la oración que María Betilde Sánchez de Valero eleva cada mañana al despertar a las 5 am, y en la noche al acostarse a dormir a las 10 pm; pero, no sin antes cerrar sus ojos con el recuerdo “del milagro que la curó del cáncer de mama, sin ayuda de la ciencia médica”.
La dama bendecida tiene su hogar construido, desde hace 30 años, en el suelo fértil de una pequeña zona agrícola ubicada en la montaña andina del estado Trujillo, que acobija la magia de los duendes que cuidan la naturaleza, y hoy, suman a su protección la bendición concedida por José Gregorio Hernández (JGH) a Sánchez. Bendición, que espera validación de la Iglesia Católica.

Así, en medio de abundantes montañas aradas y cultivadas, la conocida como “Betty” hace un alto a los oficios del hogar que la mantienen ocupada hasta que el sol se oculta. Se presenta con una sonrisa que no baja durante toda la entrevista exclusiva, invita al equipo reporteril del Diario de Los Andes a tomar asiento en los muebles rústicos de madera que pernoctan en el porche de su casa, y antes de responder mira hacia las paredes de color morado adornadas por artesanías que detallan: “Recuerdo de Isnotú”. 

A palpar la sanación

En la vía a palpar la sanación de Sánchez, el equipo de prensa del DLA recorrió en vehículo propio la empinada montaña hasta la casa de “Betty”, quien introdujo a su historia tras un breve recuento de su día a día:

La quinta de 11 hermanos, es nativa de Tuñame, municipio Urdaneta, se mudó a la pequeña zona agrícola a los 16 años. Su papá compró ahí unas tierras, y comenta que desde esa edad aprendió a trabajar la agricultura: “Llegué hasta el quinto grado. No quise estudiar más. Lo mío es la cosecha. No me gusta ni el baile ni la bebida. Sé sembrar lechuga, repollo, de todo…pero estamos en época de sequía y ahorita hago puros oficios del hogar: lavar, limpiar y barrer el polvorín que se mete a cada rato con tanto viento”.

Sigue la charla libremente: “En la noche sí me pongo a ver la novela. Hace poco también estaba viendo el mundial de fútbol. No le iba a ningún equipo, solo me distraía cuando iba a hacer las arepas. Lo que sí me gusta es hacer tortas, pero no pa` vender, pa´ que coman los chinos de la casa”.

Betty comenta que tiene 3 nietos y 9 hijos, 6 varones que viven todos con ella, y 3 hembras. Dos de ellas casadas y la menor de 22 años, quien trabaja en una casa de familia en el municipio Valera, y cada 8 días le lleva telas para que cosa sábanas y cortinas solo para la casa, pues no las vende.

Sobre sus progenitores señala: “Mi papá era agricultor, murió hace 13 años de un cáncer de garganta, decía él, porque el doctor nunca nos lo dijo a nosotros. Lo que sí, era que tenía la voz muy ronca. Ahora mi mamá, sí se dedica solo a los oficios del hogar, tiene 73 años”.

Al preguntarle cómo está su corazoncito, sonríe ampliamente y comenta que desde los 16 años la flechó un “parameñito”, quien vive junto a ella desde ese tiempo, y aún la mantiene enamorada: “Es un buen padre. El papá de todos mis hijos, me trata bien. En un tiempo sí se portó mal y luego regresó”. 

Del estacionamiento se asoma el esposo, quien al escuchar la conversación agrega: “Ja,ja,ja!, es que ella es muy celosa. Yo la sacaba en la moto a pasear y nos enamoramos. Los suegros eran muy delicados. Ahora ya establecidos, tenemos 7 motos en la casa. Dos mías y una para cada hijo, menos para el menor que tiene apenas 7 años. Todos trabajamos transportando verduras y hortalizas hacia Maracaibo, estado Zulia”.

''No tengo esa enfermedad''

Betty sirve café, vuelve a tomar asiento, se le pide que relate la historia que envuelve la bendición que asegura le concedió José Gregorio Hernández, y entonces relata:

“En el 2011 me dolía el seno. Sentía una pelotica muy chiquita y no le hice caso. Eso fue creciendo y creciendo, muy lentamente, hasta que ya en un amanecer tenía el seno muy grande. Fui con mi hija Yudith a consulta médica, y de la clínica ella salió más asustada que yo. Me dijeron que tenía un tumor maligno. De una vez salí pensando: -Yo no tengo esa enfermedad. No la tengo y no la tengo”. 

Cruza las piernas resguardadas en un jean largo, y añade que: “el dolor era tan fuerte que le agarraba toda la espalda, de día y de noche. La mantenía zumbada a la cama a toda hora y de ninguna manera aliviaba”. “Tomé antibióticos y nada. El doctor me dijo -venga dentro de ocho días para hacerle la biopsia-, y desde ahí empecé a hacerme todos los exámenes”, describe. 

Caso puntual 

Para precisar la historia clínica de Sánchez, el doctor Raúl Díaz Castañeda en su texto titulado “El Milagro” especifica que en dos meses, del 25 de abril al 17 de junio del 2011, la paciente dejó de padecer el cáncer diagnosticado. A continuación, presentó un resumen de los resultados arrojados tras los exámenes practicados a Sánchez:

25-04-2011: Diagnosticada en consulta externa con “tumor en cuadrantes superiores de mama izquierda, duro, pétreo”.

27-04-2011: La doctora Elizabeth Molina le practicó una ecomamografía y el resultado fue: “a nivel de cuadrantes superiores se observa lesión ocupante de espacio, hipoecoica, heterogénea, de bordes lobulados, de aproximadamente 4.2 x 2.2 centímetros. En sus mayores ejes, la cual condiciona signos de edema local a nivel del tejido subcutáneo, con presencia de vascularización focal periférica e intra tumoral a la colocación del Doppler color, hallazgos altamente sospechosos de malignidad: Ca. de mama, sin descartar la posibilidad de mastitis crónica encapsulada”.

10-05-2011: El patólogo Evencio León Tang informó: “PAAF de mama izquierda compatible con positiva para neoplasia (cáncer)”. Asimismo, el doctor Pedro Rojas, veterano médico general, escribió: “mama izquierda positiva. PRIORIDAD. Tumor de 7 x 7 centímetros que infiltra piel y con orificio de 2 milímetros con salida e líquido purulento”.

14-06-2011: El oncólogo Alfredo Viloria Cestary anotó: La paciente (…) va a recibir quimioterapia y ordeno sea intervenirla quirúrgicamente después de exploraciones de valoración general”.

17-06-2011: La médica patólogo Lecci Suárez informó: “Mastitis con severa reacción inflamatoria gigantocelular a cuerpo extraño. Sin inflación neoplásica maligna en las muestras remitidas y examinadas (sin cáncer).

02-12-2011: La experta en diagnóstico por imagen, doctora Josefina Hernández, ratificó: “Mamografía con hallazgos benignos”. 

06-03-2014: El doctor Francisco Marval, después de un nuevo control mamográfico a la paciente, resaltó: “mamas con patrón denso, sin microcalcificaciones ni nódulos”.

No conforme con los resultados obtenidos luego de revisar la historia médica de Sánchez, el doctor Marval la envió a practicarse una ecografía y refirió: “Hallazgos dentro de lo normal”. Después de este último examen se acercó al doctor Castañeda y le dijo: “Si esto no es un milagro, no sé qué pueda serlo”.

La operación

Ante el expediente que hace público el doctor Díaz Castañeda, y frente a la posible prueba física de que la fe traspasa montañas, creencias y últimas tecnologías; Betty cuenta minuto a minuto “la operación que le hizo JGH”:

 “Las tres peores noches de dolor que pasé aquí en mi hogar, soñé que veía a José Gregorio. Llegaba por el lado de la pared de mi cuarto y me tocaba mi seno con su dedo. Lo hacía en forma de cruz. No hablaba, solo se paraba ahí todo de blanquito. Así en traje blanco y sombrero blanco. Era como real, yo sentía que de verdad estaba ahí”.

Después de aquellos sueños, Betty dice que los dolores continuaban, y como no los aguantaba bajó al municipio Valera, estado Trujillo, y allá el doctor Alfredo Viloria le confirmó que debía operarse. “Doctor José Gregorio hágame el milagro. Yo no quiero ir al quirófano. Eso me da mucho miedo. Doctor, quíteme este dolor tan fuerte”, informa Sánchez que repetía en su mente como si el conocido santo sentimental de los venezolanos la estuviera escuchando.

No conforme con su descripción, Sánchez busca una imagen de JGH recubierta en vidrio pegada a una roca pequeña, y acentúa: “Mira, así vestido lo vi. Igualitico. Yo tenía esta estampita en la mano la noche que el doctor me operó en la casa de mi hija Zulay en el municipio San Rafael de Carvajal, a las 7 de la noche”.

A esa hora, Betty recuerda que sentada en la cama, con un dolor que no la dejaba conciliar el sueño, comenzó a sentir un ardor fuerte en el seno, le llegó un “vientecito al rostro”, y luego pensó que era otro malestar consecuencia de la biopsia que le habían tomado en horas de la tarde.

“Comienzo a sentir caliente, miro mi franelilla blanca y veo ¡Aquel sangral! Llamo a la hija mía y nos fuimos a la clínica. Me limpiaron la herida. Yo eché la estampita de JGH en mi cartera, y sin dejar de rezar, me dijeron que me quitara el sostén. Ahí vi la raja y luego me quedé dormida. Al despertar, la llave de sangre la habían cerrado”.
Sin desconfiar

La paciente precisa que le tomaron 7 puntos, la enviaron a su casa y 15 días después se los retiraron. “El doctor Viloria me repetía que estaba sana. Ya no había ningún cáncer. Sin embargo, él decía que debía operarme para ver cómo había sido esa operación mía. Quería estudiar qué había adentro. Preparó todo para llevarme al quirófano del Hospital Central de Valera. Y yo me dije -no, así me estoy-. Fui a la casa de mi hija, busqué mis cosas y viajé otra vez a mi casa. ¡Nooo!,  cómo me iba a operar otra vez. ¡Eso es desconfiar de mi doctor José Gregorio, y jamás lo voy a hacer”.

Al despedir a Sánchez, el equipo reporteril pide a la dama que muestre la cicatriz de su seno. Y sí, efectivamente le quedó en forma de cruz, justo encima de la aureola. Apenas y se nota. Parece una estría que le han dejado los 46 años que alcanza…y Betty sin dejar de sonreír cierra:

“Nunca lloré cuando le pedí el milagro a José Gregorio. Siempre le recé con mucha alegría, el rosario y la oración que le dije al principio. Ahora digo, que es un milagro muy lindo que él me hizo a mí. José Gregorio Hernández es el doctor de mi familia. Toda la vida cuando los niños se me enfermaban, yo le pedía que amanecieran aliviaditos, y así amanecían”.

''Ojalá a todas les pasara'' 

Uno de los tres únicos oncólogos del estado Trujillo, José Albarrán, aclara que Sánchez estuvo en consulta tanto con él como con sus dos similares, y todos coinciden en que sí se dio un milagro en la paciente. “El tumor maligno de ella era de 7 centímetros. Necesitaba quimioterapia y era irreversible una cirugía para extirpación total de la mama. A Sánchez en cuestión de meses se le hicieron todos los exámenes nuevamente y no tenía nada. Está totalmente sana. Yo opero diariamente mamas y nunca me había ocurrido esto. Ojalá a todas les pasara”, especificó el experto del Seguro Social del municipio Valera, egresado hace 14 años de la Universidad del Zulia, y con especialidades en Cirugía General de la Universidad de Los Andes y de Cirujano Oncólogo de la Universidad de Carabobo.



Todos los creyentes anhelan y piden a Dios que José Gregorio Hernández sea Santo. Confían en el proceso que lleva la Iglesia, para que esta intervención extraordinaria lleve al Venerable a los Altares de la Santidad. La feligresía debe seguir en oración para que exista el milagro.

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